José Luis Pomarón

La figura de Pomarón recuerda a la de un viejo alquimista, capaz de fabricar y moldear en su crisol, personajes donde la soledad es compañera permanente en casi todos ellos. Alquimista y artesano, inventor de historias donde el hombre y la vida, el sueño y la realidad, se funden formando un mundo de figuras que giran alrededor de un gran escenario, cuyo entorno es casi siempre hostil. Tenía la maravillosa sensibilidad de desnudar con su cámara los grises tonos, que como un velo iban tiñendo el paisaje donde las sombras extraídas a fuerza de sentimientos y de encadenar ideas, tomaban movimiento y pesonalidad propia, como diría el maestro: «mis personajes son pobres desgraciados, desplazados de la sociedad».

José Luis Pomarón nace en Zaragoza un 9 de octubre de 1925. Su vida profesional comienza en 1940 con la fotografía como ayudante y discípulo de Jalón Ángel. Estudia dibujo en la Escuela de Artes, aprende la técnica de pintura al óleo, esto junto con su talento le permitirá realizar diversas exposiciones tanto individuales como colectivas a lo largo de su vida. Será en la década de los 50 cuando Pomarón comenza a frecuentar el Cine Club Zaragoza, es en este ambiente con esencia a fórum y patio de butacas, donde descubre un nuevo medio para expresarse diferente al de la imagen fija y la tela coloreada que conocía. Su estreno como realizador y director será en 1953 con su primer corto, Fe. Esta película se rodaría con una cámara de 16 mm., construida por el propio Pomarón. El argumento tiene un profundo sentido religioso, con escenas que en algunos casos lindan en lo lacrimógeno y con un final «mariano» muy propio de la época.

Pomarón es sin duda el realizador aragones fuera del campo comercial, más galardonado y reconocido internacionalmente, con una filmografía muy amplia y que tocaba diferentes géneros pero casi siempre con una gran preocupación por temas de contenido social y humano. Es difícil destacar en tan pequeño espacio, las obras representativas de un director tan prolífico, intentaremos extractar su trabajo, eligiendo las que posiblemente sean sus películas más comprometidas, tanto por su contenido, como por la propia evolución del director y que rompieron con el cine que imperaba en aquellos primeros años de su andadura cinematográfica. Empezaremos por hablar de Pif, rodada en 1957 y basada en un cuento de Emilio Alfaro titulado El piano. Las palabras del propio Pomarón definiendo su trabajo, nos dan una clara idea de la personalidad de Pif: «Pif era un pobre diablo. Más que un hombre parecía un objeto. Todo el mundo tenía simpatía hacia él, lo que quiere decir que Pif era un desgraciado…». En este cortometraje Pomarón habla de la vanidad representada en Pif. Un hombre que se cree gran concertista. La tragicomedia llega a su punto álgido cuando Pif reflexiona y advierte su propia mediocridad. La película fue interpretada por el propio Pomarón.

La colaboración con Emilio Alfaro fue muy interesante y Pomarón se basa en un nuevo cuento de este autor titulado El sombrero, para rodar en 1959 El rey, posiblemente su mejor película. Este film obtuvo entre otros premios, la Concha de Plata del festival de San Sebastián en la sección de cine no profesional. Se puede definir este trabajo de Pomarón, como una cinta cargada de simbolismos, donde la lucha por el poder se manifiesta de forma alegórica. Todo comienza con el aro encontrado en un basurero por un vagabundo, y que se asemeja a una corona, incluso tiene el tamaño perfecto para su cabeza, esto le hace sentirse como «Rey». De inmediato toma posesión de su hipotético reino. La entrada de otro trotamundos en sus dominios y con una corona de latón mejor definida encontrada en el mismo lugar, dará paso a la lucha. El «Rey» quiere esa mitra porque es mejor que su rancio aro, puesta en su frente será un monarca completo. El enfrentamiento sin tregua llegará hasta sus últimas consecuencias, es decir, la muerte. El premio, reinar sobre un montón de desechos con la corona de latón símbolo del poder, ceñida a su cabeza. La película está interpretada en sus principales papeles por Manuel Rotellar y Manuel Sampietro.

En el año 1961 nos encontramos con una de sus películas más curiosa y original, nos referimos a su corto El pisador de sombras. La historia está basada en el cuento de Eduardo Vadivia titulado El espantapájaros. La trama tiene el sabor de la venganza, en la que un hombre resentido contra la sociedad en que vive, se desahoga pisoteando las sombras de aquellas personas representativas de lo que odia. La interpretación es de Ramón Sanz y Manuel Labordeta entre otros. Ese mismo año rueda El corazón delator, adaptación del relato de Edgar Allan Poe del mismo título. Esta película nos hace recordar por su estética al expresionismo alemán, con un dominio de la luz y la sombra que recrea perfectamente el ambiente tétrico y macabro tan peculiar en la obra de Poe. El rodaje se realiza en el estudio fotográfico de Pomarón, utiliza dibujos esquematizados como decorados y trabaja principalmente con primeros planos. El talento de Pomarón se pone de relieve y el resultado final de la película se puede considerar como de obra maestra. La estupenda interpretación de Manuel Rotellar y Manuel Sampietro hacen el resto. La filmografía de José Luis Pomarón, como podemos ver, es destacable por muchos conceptos y su obra extensa daría para un análisis mucho más profundo, estas breves reseñas sobre algunas de sus películas, sirven de muestra para destacar la capacidad creativa y el esfuerzo de una persona con la sencillez propia de los grandes talentos.

Hubo una etapa en la vida cinematográfica de José Luis Pomarón que no se puede pasar por alto, no fue precisamente la más afortunada para él, me refiero a la etapa de la productora Mocayo Films. Pomarón formó parte en el año 1962 del grupo fundador de Moncayo, fue elegido para desarrollar el trabajo de director-realizador, lo que no sentó precisamente bien para algunos de sus componentes, que veían la figura de Pomarón como la de un director amateur y sin ninguna experiencia «profesional». Estas consideraciones no impidieron que Pomarón dirigiera cinco cortos en formato grande (35 mm.). Teruel, la ciudad de los Amantes del año 1962, de ese mismo año son: El Duero nace en Soria, Balón de playa y Zaragoza 1962. En el año 1963 rodaría su último y definitivo trabajo para Moncayo Films: Cualquiera tiempo pasado. La frustración y las profundas diferencias con algunos planteamientos, hicieron que Pomarón abandonase Moncayo.

Después de esta experiencia, Pomarón retorna a su cine de siempre, y afronta nuevos proyectos. En 1969, junto con los hermanos Ernesto y Javier Tolosa crea Cinekypo, productora que se encargará de realizar spots publicatorios y que aún funciona en nuestra ciudad. José Luis Pomarón desarrollaría numerosos cortos, siempre fiel a un estilo que lo caracterizó y que plasmaba de forma cristalina en cada fotograma. Siguió trabajando, filmando hasta que en 1986 un desgraciado accidente de circulación rompía su vida. Su persona dio paso al mito y el nombre de Pomarón se inscribe por derecho propio en la leyenda de nuestra cinematografía. Tuvo que llegarle la muerte para que se reconociera a nivel institucional su trabajo, tarde como es habitual en esta tierra nuestra. Actualmente, Zaragoza lleva una calle con su nombre.

Armando Serrano

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